Volverán los gemelos ardiendo,
tras horas volando de pie.
Volverán los sofocos, y las prisas,
el frio rozando la piel.
Nunca fue tan vulnerable
el lento pasar de las horas.
Las calles desnudas ahora
serán nuestro abrigo después.
Los abrazos que nunca nos dábamos
confinaban lo que no se ve,
ahora que la distancia es su prisión
se liberan sus ganas de ser.
Nunca fue tan deseable
una mano en contacto con otra.
Este cariño desnudo de ahora
será nuestro abrigo después.
A un dia normal, denostada rutina,
la riqueza a la que aspiramos hoy.
A sonreir sin pantallas en medio,
sin miedo al silencio ni a compartir
todas las cuestas que traiga la vida,
que te lanza al abrigo de un mundo
listo para vivir
Volverá cada monte a mirarnos,
con su regia manera de ser,
con el agua corriendo en sus venas
y nosotros allí siendo él
Nunca fue tan saludable
el agua de una cantimplora.
Las sendas desnudas ahora
serán nuestro abrigo después.
A un dia normal, denostada rutina,
la riqueza a la que aspiramos hoy.
A respirar el color de la encina,
a oír el silencio muy lejos de aquí,
a subir cuestas que van a la cima,
de una vida al abrigo de un mundo
listo para seguir
Volverá el calendario a llevarnos
por vuelos sedientos de fe.
Nunca ha sido tan estéril
el lento pasar de las hojas,
las horas desnudas de ahora
serán nuestro abrigo después.
Un poema, eres una caja de sorpresas, me gusta mucho, hay que pararse en todas las estrofas, me gusta mucho. Besitos
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Muchas gracias!
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Me ha gustado mucho Álvaro.
Muy acertado en este tiempo y muy lleno de esperanza.
Sigue escribiendo
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Gracias! Lo haré!
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